Actualizarte sin consumir tu tiempo libre
Hola a todos. Tras leer el gran artículo de Cynthia Gálvez en la Bonilista nº 537, me he animado a escribir esto, por si a alguien le pueda interesar.
Si, como yo, llevas más de 20 años trabajando en el sector, puede que te haya pasado una de estas dos cosas: eres de los que se mantienen en la misma empresa durante mucho tiempo o eres de los que saltan con frecuencia, buscando “lo que sea” que buscas.
Yo soy de los primeros, no porque no me guste lo segundo, sino porque considero que la empresa donde trabajas es parte de tu vida, porque pasarás más tiempo en ella que haciendo muchas otras cosas. Y me gusta que mi vida sea estable, respetuosa y de confianza, por lo que, si conecto de la misma forma con la empresa que me contrata, es difícil que me cambie.
El problema clásico con esta forma de vivir es que, si la empresa es pequeña (ergo, pocos recursos) o de producto muy específico, no saldrás de un espacio muy reducido de tecnologías y de problemas a resolver: estarás muy especializado en algo muy concreto. Esto no es malo ni bueno per sé, pero si el día de mañana, tras muchos años en tu empresa, necesitas salir a buscar trabajo, es una gran limitación.
Por lo tanto, parece obvio que cualquiera en esta situación lo que debería hacer, bien sea por gusto o por necesidad, es estar al día, si es que eso es posible 🤔… no, no lo es, reformulemos la frase. Lo que debería hacer es buscar áreas nuevas de trabajo, aprender cosas que en su trabajo no vería nunca pero que le resulten interesantes (porque aprender algo que no te interesa es harto difícil).
¿Qué aprender?
Nuestro mercado es tan grande, pero tanto, que es prácticamente imposible no encontrar un área que no te llame por alguna circunstancia: desde lo más clásico de los tiempos (programas de “gestión”) hasta lo más puntero (la IA está para quedarse) hay un abanico que, si te lo pones a pensar alguna vez, es casi infinito.
Allá donde haya una secuencia de acciones, se puede aplicar un proceso y, por tanto, se puede informatizar. Es decir, que desde caminar (un exoesqueleto, por ejemplo) hasta pilotar una nave espacial se puede hacer desde la informática. Si de verdad no encuentras algo que te motive para aprender, salir de tu empresa debería ser la menor de tus preocupaciones.
En mi caso, soy un amante de la gestión. Cuando veo que la gente está realizando los mismos procesos una y otra vez, consumiendo su tiempo con algo que se podría automatizar y que reduciría su trabajo en un alto porcentaje, siento la necesidad de indicarlo y explicar que eso se podría mejorar haciendo “esto y aquello”. Así que, a pesar de que mis comienzos profesionales fuesen con Oracle y Visual Basic (el bueno, el clásico, no el .NET) hacia el año 97, y de que lleve en “mi” empresa ya 20 años (pasado cierto tiempo, ya la consideras tuya), una empresa dedicada a su producto y nada más, he ido probando cosas nuevas en todo este tiempo y desarrollando mis propios proyectos paralelos (“side-projects” o “pet-projects” que le llaman ahora). Eso me ha llevado a aprender diversos lenguajes, frameworks y formas de trabajar una misma idea hasta el punto en que he pasado de ser una persona de un producto, una base de datos y un lenguaje únicos a un “Fullstack developer” en lo que haga falta, siempre que eso resuelva algún proceso y facilite la tarea al que lo usa.
Pero para aprender hace falta tiempo y, ahí es donde quería llegar.
¿Cuándo aprender?
Bueno, ya he explicado que he aprendido muchas cosas en estos últimos 25 años, pero la inversión en tiempo que ha sido necesaria también ha sido enorme.
Cuando eres joven y sin compromisos, tienes todo el tiempo del mundo para aprender (las ganas las doy por supuestas). Es cierto que aprendí muchas cosas aprovechando esas circunstancias, desde casa, metiendo horas a cascoporro, incluso algún año gastando todas mis vacaciones por lanzar una idea que tenía en mente (ejem, Idolium, ejem, fracaso total). Pero un día te casas, tienes hijos y, de repente, el 95% (estudio de la Universidad de Kanfor) de tu tiempo libre desaparece. La excusa perfecta para dejarte llevar y no aprender nada más, ¿verdad? “Si es que no tengo tiempo…”.
Bueno, la única solución que yo encontré a esto fue la formación en el propio trabajo. Vale, no en todas las empresas será posible, pero como comenté, la relación con mi empresa es algo primordial para mí. La empresa es parte de mi vida y, en mi vida, también quiero actualizarme. Por mi propio bien, pero también por el bien de la empresa. David Bonilla no para de decirlo siempre que puede y no puedo estar más de acuerdo: en nuestro sector, un trabajador contento es un activo muy productivo para la empresa, un trabajador disgustado es un problema que, tarde o temprano, acabará huyendo. Pero al margen de lo contento que esté por poderse formar, nunca sabes cuándo esa formación podrá ser usada en tu propia empresa. Con el aprendizaje también llegan formas diferentes de ver las cosas y eso podría suponer mejoras en el producto de la empresa.
Sé que algunas empresas ya incluyen horas de formación en sus contratos directamente, lo cuál me parece maravilloso. Pero si ya estás en una empresa desde hace mucho, es muy probable que eso no pase. Si tienes alguna capacidad de decisión, como es mi caso actual, puedes “dictar” una nueva norma que permita cogerse unas horas al mes para formación (idealmente, los viernes si no hay ningún “incendio” que apagar, el ánimo suele estar alto por llegar el finde y aprendes con más ganas, incluso si te “enganchas” y se te quedado algo pendiente puedes buscar tiempo durante el finde). Si no eres el que manda, yo hablaría con el que manda para intentar algo así. Lo máximo que te puede decir es que no. ¿Pero y si sí?
¿Y si no quiero aprender?
Bueno, tampoco se acaba el mundo. Conozco mucha gente que no aprende nunca nada, no tiene interés más que en realizar su función actual correctamente y nada más.
No es ningún problema mientras la empresa siga en pie y contando contigo. Lo malo es si alguna de esas dos cosas falla. En un país con “pleno empleo” tampoco debería ser un problema: si sabes hacer tu trabajo, buscas otro y listo. Pero en los tiempos que corren, estamos lejos del pleno empleo (siendo nuestro sector privilegiado, con altísima demanda) y el mercado evoluciona muy rápido. Quizá la que era tu función ya no sea un perfil muy buscado y tengas problemas para encontrar otro empleo.
No sé, yo solo le veo ventajas al aprendizaje, sobre todo si te dejan hacerlo en tu trabajo. ¿Tú no?